Un debut agónico que deja dudas y el mercado de pases al rojo vivo

El inicio del camino en el Preolímpico Sudamericano no fue el soñado para la Selección Argentina Sub 23, aunque el desenlace final permite respirar con cierto alivio tras una jornada que pintaba para oscura. El equipo comandado por Javier Mascherano igualó 1 a 1 frente a Paraguay en un trámite áspero, donde la Albiceleste tuvo que remar contra la corriente para evitar una caída en el estreno. Parecía que el certamen arrancaba con el pie izquierdo cuando Diego Gómez, compañero de Lionel Messi en Inter Miami, adelantó a los guaraníes desde los doce pasos, pero la insistencia argentina tuvo premio sobre el epílogo gracias a la aparición salvadora de Luciano Gondou.

Del dominio inicial a la incertidumbre

El primer tiempo mostró dos caras de una misma moneda. Argentina salió con ímpetu, buscando imponer condiciones desde el arranque, y generó las situaciones más claras en los pies de sus volantes creativos. Sin embargo, esa intensidad se fue diluyendo con el correr de los minutos y la falta de contundencia comenzó a pesar. Paraguay, agazapado, empezó a encontrar huecos de contraataque y obligó a Leandro Brey a intervenir con seguridad para mantener el cero en su arco, sobre todo ante un derechazo de Gómez y un cabezazo peligroso de Pérez antes del descanso.

El golpe paraguayo y la reacción tardía

El complemento trajo consigo los momentos de mayor tensión. Si bien Argentina intentaba con un Valentín Barco muy participativo —quien probó varias veces de media distancia y generó desbordes constantes—, fue Paraguay quien golpeó primero. Una infracción de Nicolás Valentini sobre Leonardo Rivas dentro del área no dejó dudas al árbitro, que sancionó la pena máxima. Diego Gómez no perdonó y, con un remate potente, venció la resistencia de Brey para poner el 1-0 parcial. Mascherano movió el banco buscando respuestas, mandando a la cancha a Claudio “Diablito” Echeverri, Federico Redondo y Baltasar Rodríguez, intentando recuperar la frescura en los metros finales.

Gondou y el desahogo final

Cuando el reloj apremiaba y la derrota parecía consumada, llegó la jugada que cambió la historia. Ya con el tiempo cumplido, una vez más el Colo Barco se vistió de asistidor enviando un centro picante al corazón del área. Allí estaba Luciano Gondou, quien había ingresado pocos minutos antes, para empujarla y decretar el empate agónico. Incluso hubo tiempo para una más, cuando el mismo Barco puso otro centro que Gondou desvió y terminó pegando en el palo, dejando la sensación de que, con unos minutos más, la historia podría haber sido completa.

River acelera a fondo por un central

Mientras la Selección juvenil busca su mejor forma en Venezuela, en el plano local el mercado de pases no da tregua y River Plate protagoniza una de las novelas del verano. La dirigencia del Millonario, encabezada por Stefano Di Carlo, ha decidido pisar el acelerador para reforzar la defensa y presentó una oferta formal por Jhohan Romaña, actual zaguero de San Lorenzo. Tras cerrar las llegadas de Fausto Vera y Aníbal Moreno, el objetivo ahora es blindar la última línea ante las urgencias del plantel.

La ingeniería de la oferta y el factor Boselli

La propuesta que llegó a las oficinas de Boedo es concreta: dos millones de dólares por la mitad de la ficha del colombiano, sumando además el préstamo de Sebastián Boselli como llave para destrabar la negociación. En Núñez hay optimismo, ya que los montos se acercan a lo que pretende el Ciclón, aunque todo depende de la voluntad del defensor uruguayo para mudarse al equipo de Damián Ayude. La necesidad de Marcelo Gallardo es imperiosa, dado que la lesión de Germán Pezzella y la decisión técnica de prescindir de Paulo Díaz han dejado la zaga central con pocas variantes, obligando al Muñeco a reestructurar el fondo para lo que viene.